Pagurus prideaux (Leach, 1815)
Descripción
Avistamientos
Descripción
Cangrejo ermitaño que puede llegar a alcanzar los 6 centímetros de longitud, con un caparazón sin rostro de hasta 14 milímetros de largo. Los ojos son moderadamente pequeños, con la córnea expandida. Su primer par de patas están dotadas de quelas, ambas cubiertas, por su parte dorsal y laterales, de gránulos y tubérculos espaciados regularmente; son de tamaño desigual, siendo mayor la derecha que presenta una protuberancia en el medio en forma de quilla aguda a cuyos lados existe una depresión lisa y convexa. El cuarto y quinto par de patas es muy pequeño, su función es fijar la concha en la que vive. El abdomen es retorcido para poder adaptarse a la forma de la concha. Color naranja a rojo pardo, con el caparazón moteado, las antenas amarillentas, y propodios y dáctilos de los pereiópodos 2 y 3 violetas con 4 líneas longitudinales finas blancuzcas.
Hábitat y Biología
Desde la línea de bajamar hasta los 400 metros de profundidad, sobre fondos rocosos o arenosos alimentándose de detritus e invertebrados. Vive dentro de conchas de gasterópodos como forma de proteger su desnudo abdomen. Presentan sexos separados y fecundación interna; los huevos fecundados son incubados por la hembra en el abdomen, de donde saldrán unas larvas planctónicas que sufrirán varias metamorfosis antes de asentarse en el fondo marino y buscarse una concha donde protegerse. Hembras ovígeras de marzo a diciembre.
Especies semejantes
Pagurus bernhardus (Linnaeus, 1758), alcanza mayor tamaño, no presenta pilosidad en las patas, sus quelas están provistas de fuertes gránulos y casi nunca está asociado a la anémona Adamsia palliata (Fabricius, 1779).
Distribución
Desde el sur de Noruega hasta Cabo Verde, incluyendo el Mediterráneo.

Curiosidades
El nombre de la especie, prideaux, le fue puesto en honor a Charles Prideaux (1782-1869), malacólogo inglés amigo de Leach.
Acostumbra a vivir asociado en perfecta simbiosis con la anémona Adamsia palliata (Fabricius, 1779) que recubre su concha, a la que proporciona un medio de desplazamiento, mientras que la anémona le proporciona protección con sus cnidocitos (células urticantes).
Localizar un nuevo hogar es cuestión de vida o muerte para el animal, por lo que son frecuentes las luchas entre ellos cuando hay pocas conchas disponibles en la zona. Cuando encuentran la concha, la inspeccionan meticulosamente, la cogen con sus pinzas y echándola por encima de la cabeza se introducen en ella.